LA OBSESIÓN POR TENER QUE SABER TODO
Podemos imaginar la soberbia como ese jactarse de algún conocimiento, de alguna habilidad, de algún logro. Pero también hay soberbia en la incapacidad de reconocer con naturalidad que algo no se sabe. Ese miedo que aparece, y que a veces se disfraza de responsabilidad, por no saber algo que simplemente no se aprendió todavía, es otra versión de soberbia. No es solo jactarse del conocimiento; también lo es esa desesperación por no tenerlo y por no aceptar humildemente que aún no se lo tiene.
Por eso, nunca sufras por no saber algo, ni fantasees con que deberías saberlo. En todo caso, si te das cuenta de que no lo tenés, lo que deberías hacer es buscarlo, y eventualmente preguntarlo. Nadie te va a descalificar por no saber. Quizás sí lo hagan por no aceptar que no sabés, por no preguntar, por no pensar… en una palabra: por no aceptar tus limitaciones. Por eso sí te van a descalificar, y no estaría mal que suceda.
Que tu actitud no sea la de demostrar que sabés, o que sabés todo. Ese miedo a no saber es violento para los demás, porque en el fondo no deja espacio para que un otro sepa más que uno, ni para que nos enseñe. Entonces, ese miedo vanidoso a no saber, cambialo por una apertura real a los demás, para hacer sinergia aprendiendo de ellos. No te aferres tanto a la idea de que, por el rol que estás ocupando, algo deberías saber. En todo caso, lo único que de verdad deberías… es aprender.